Quienes Somos

Me llamo Elisa, vivo en Barcelona y aunque podría haberme dedicado a proyectar edificios, preferí construir algo menos eterno pero mucho más dulce: pasteles. Soy la mitad del alma de Florentine Bake Shop. La otra mitad es Sebastián.
De mi familia heredé el amor por la cocina y seguí alimentándolo estudiando en la Ecole Lenotre de París y en la Escuela del Gremio de Pastelería y el Espai Sucre de Barcelona. Un paseo por Notting Hill me inspiró el sueño de tener una pastelería donde ser feliz y hacer feliz a los demás, y junto a Sebastián lo hice realidad. Se llama Florentine Bake Shop en recuerdo de mi abuelo Florentino y de las deliciosas galletas de mi infancia.
Cada mañana, en el pequeño obrador, jugamos con harina, vainilla, chocolate, frutas y dulces de mil colores, para elaborar los pasteles Florentine. Hacemos pastelería americana, deliciosa y creativa, de forma artesanal y con un toque personal. Utilizamos productos naturales y ponemos todo el amor en lo que hacemos porque nos gusta nuestro trabajo y, sobre todo, nos gusta que os guste. Cuando soñaba con Florentine, siempre imaginé un lugar donde la gente disfrutara y hoy, somos nosotros quienes disfrutamos viendo las sensaciones que provocamos. Lo más bonito de esta profesión es sorprender y emocionar. Gracias a todos los que nos habéis permitido hacerlo. Y a los que queráis conocernos... os estamos esperando.